Las consecuencias del abuso sexual infantil en muchas ocasiones persisten en la vida adulta, tanto a nivel físico, como mental y social. Algunas de ellas son los trastornos de alimentación, abuso de drogas o alcohol, comportamientos sexuales inadaptados o dificultades en la vinculación afectiva, entre otros.

Además, en el caso de mujeres víctimas se ha observado que muchas de ellas se relacionan con sus parejas a través de un vínculo de poder y sumisión, convirtiéndose en víctimas de violencia de género.

Consideramos fundamental ofrecer a las víctimas el apoyo y la atención profesional adecuada, de ahí que hayamos desarrollado este servicio de atención psicológica a personas adultas víctimas de abuso sexual en la infancia. Consta de un número limitado de sesiones individuales y ofrece la posibilidad de participar en un grupo terapéutico.

El programa, dirigido a residentes en las Baleares, ayuda a los pacientes a elaborar su historia personal y a cerrar su herida, trabajando la auto protección y mejorando considerablemente sus condiciones personales y familiares.